El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet. Desde todos los rincones del mundo, en esa fecha se reivindica el acceso universal a la que hoy es la herramienta de comunicación más poderosa. Un invento que entra en nuestra vida cotidiana a través de un correo electrónico, un vídeo en tu móvil, una compra online…
Este año, desde Neolabels nos hemos sumado al día de Internet en un acto celebrado en el Senado donde pudimos conocer el compromiso especial de esta edición con el impulso del comercio electrónico en España. En la campaña La Semana de Internet y con la colaboración de Red.es y Confianza Online, las empresas de comercio electrónico de todo tipo han realizado ofertas a los consumidores con la intención de acercarles a las ventajas del comercio digital.
El comercio electrónico es sin duda uno de los servicios más destacados que Internet facilita a empresas, instituciones y ciudadanos. Ya es el área de ventas al por menor que crece más deprisa en Europa, y si hacemos referencia a la generación de negocio a través del e-commerce, España ocupa el quinto puesto en el continente europeo con 12 millones de compradores online (Estudio IAB Spain). Un dato que sitúa a nuestro país como un mercado que presenta buenas oportunidades de negocio y con posibilidades de crecimiento para el comercio en la Red: el 43% de los españoles compra online, una cifra que seguirá acercándose a la media europea ( 60%).
La compra a través de Internet de billetes de avión y localidades para espectáculos son dos de las compraventas digitales más populares en nuestro país pero el comercio electrónico es tan amplio que ofrece soluciones a pymes y grandes empresas de sectores tan diferentes como el artesanal, la industria textil o el hortofrutícola. En este panorama, la proliferación de iniciativas de pequeño y mediano alcance convive con la llegada de grandes multinacionales al gran Bazar Mundial.
Productos locales a un clic de mercados globales, 24 horas al día y 7 días a la semana. Empresas que necesitan soluciones escalables según los objetivos y adecuadas según los dispostivos de consumo. En este sentido, el diseño adaptado de los comercios electrónicos para la correcta visualización y uso en móviles (responsive design) lejos de ser un valor añadido, es ya un requisito obligatorio.
Un aspecto interesante es la combinación del comercio electrónico con las redes sociales: el comercio social (social commerce). Amazon, gigante de referencia en el Internet de las Compras, no es ajeno al poder de la recomendación y prescripción social sobre el consumidor y ha presentado recientemente #AmazonCart, su iniciativa para comenzar el proceso de compra en Twitter y finalizarlo en su marketplace. Mientras terminas de leer este post, miles de personas han comprado una camiseta de moda, realizaron alguna operación en su banco o participaron en una subasta online. Y es que en un solo minuto Amazon genera ventas por valor de 83 mil dólares.
El próximo 13 de junio entra en vigor la Ley de Defensa del Consumidor online y habrá que estar muy atento a sus repercusiones pero el comercio electrónico solo es una parte más de la gran transformación digital que estamos viviendo. Algo está claro: las empresas que no participen en este cambio están en grave peligro. Para evitarlo, el primer paso es darse cuenta de ello. Y, más que preocupase, ocuparse.