Empieza a ser reconocido que en medio de la crisis económica, el sector exterior (exportaciones) es una de las pocas noticias positivas de economía en España. Nunca habíamos exportado tanto desde el año 71 (fecha desde la que se tienen cifras comparables) y nunca el crecimiento anual había sido tan grande.
Este hecho contiene, además, muy buenas noticias sobre las empresas españolas. Por una parte, indica que somos realmente competitivos pues vender en un mercado externo, con mas competencia, así lo exige. Lo segundo es que las empresas tienen el dinamismo y la flexibilidad suficiente como para sustituir la débil demanda interior por los mercados exteriores y lo han demostrado cuando es necesario. El tercero es que los sectores en los que más exportamos no son solo los que todos imaginamos en primer lugar como alimentación y agricultura sino que destacamos en consultoría, infraestructuras, moda o industria y tecnología.
Sin embargo, existe el riesgo que superada la crisis esta tensión a salir fuera disminuya y este éxito sufra un retroceso y eso no debería pasar. El mundo y la economía van a estar dominados, cada vez más, por dos factores. El mundo va a ser más global, más interdependiente y, también, va a ser inevitablemente digital. Por digital entendemos el uso intensivo e inteligente por las empresas de Internet y de las tecnologías de comunicación entre las que destaca el móvil (el móvil inteligente) y también por las redes sociales y el lenguaje audiovisual, como ya tratamos en un post anterior.
Teniendo esto en cuenta, las empresas españolas deberían ser cada vez más globales y más digitales. La buena noticia es que todo el esfuerzo que hagan en ser más digitales serán pasos para ser más globales. La internacionalización de las empresas pasa hoy, inevitablemente, por su digitalización. Hace años se podía ser global o internacional sin ser digital pero ahora ya no va a ser posible. De hecho, basta con abrir una web en español/inglés, por ejemplo, para estar en un mercado internacional (el ciberespacio) aunque no seamos conscientes de ello y con un coste mínimo.
La otra buena noticia es que ser digital es relativamente sencillo, más sencillo de lo que la mayor parte de las empresas creen. Hoy el mercado dispone de muchas herramientas, tecnologías, servicios y empresas que pueden ayudar en ello. De hecho, al ser muy intensivo en capital el proceso de internacionalización, antes había una barrera de entrada y solo las grandes podían permitírselo. Hoy Internet ha derribado esa barrera y tenemos un gran cantidad de ejemplos de la rapidez de cómo pequeñas empresas se vuelven lideres globales gracias a que han nacido ya con ese ADN digital.
Por otra parte la estrategia digital es como cualquier otra estrategia empresarial, ha de atender a los objetivos del negocio, ha de contribuir a ellos y ser evaluada por las mejoras de estos resultado. Toda estrategia digital bien realizada acaba produciendo o aumento de ingresos o reducción de costes, claves ambas de la competitividad.
Por tanto, no se trata solo de “estar” en lo digital (tener una web y vale) sino “ser digital”. Ya comentamos qué suponía esto en el sector de la comunicación. Las barreras ya no son pues económicas, no hablamos de servicios muy costosos, sino barreras culturales, estamos en el atreverse a hacerlo. Ya no se trata de gastarse mucho dinero en ser digital sino de gastárselo eficazmente en aquello que precisas, en forma de tecnología o de servicios. Y, además, es posible, muchas empresas y economías son cada vez más digitales, no hay más que fijarse en ellas. Pues, como decía el escritor de ciencia ficción W Gibson : “El futuro ya está aquí, sólo que desigualmente repartido” y añadimos nosotros: solo hay que saber mirar e imitar lo bueno.
En post posteriores de este blog desarrollaremos algo más sobre lo que entendemos en Neolabels por las siete claves de una estrategia digital para una empresa.