“Barbas tienes
y con ellas te entretienes”.
Rima consonante cuñada
En la primera entrega de esta modesta y fasciculada Guía para evitar ser un CopyCuñao hablábamos de los orígenes del cuñadismo, su corpus teórico y la relación de éste con el mundo de las redacciones y las agencias de publicidad.
No sé si son horas, si te parto la mañana o te piso lo fregao, pero vamos con más cositas cuñadas de nuestro entorno cool y trendy.
•Encanto
Hoteles con encanto, pueblos con encanto, tapitas con encanto o comisiones por apertura con encanto. Allá donde veas este suplemento reza porque funcione el aire acondicionado.
•Ponerle nombre a las salas
En las redacciones y agencias suele haber salas de reuniones. Algunas adquieren un nombre por su forma, como la clásica Pecera para las salas de reuniones acristaladas. Otras toman el nombre de su contenido, Trainera para una estancia abarrotada de trainees. La tercera vía es la más dramática y poética: Comedor Mediterráneo, Sala Atlántico o Sala de Reuniones Pirámide.
•Alimentos cuñaos
No sólo de letras vive el cuñadismo, también de proteínas. En nuestro lugares de trabajo se están introduciendo alimentos que nos confunden y nos acercan al cuñado-way-of-life. Sí, estamos hablando de ese tetra-brik de leche de soja semidescremada y rehidratada que acecha en las puertas de las neveras esperando a que alguien manche su café con este líquido-elemento, esta ambrosía cuñada.
•Compartir en Facebook
Aquí hay un pozo de hiel sin fondo, pero vamos con dos ejemplos concretos que entran en una misma categoría; compartir determinados contenidos siempre de la misma forma. Uno, compartir un artículo de Pérez-Reverte o Risto Mejide y añadir en tu publicación un escueto: “Amén”. Dos, compartir una viñeta de Andrés Rábago García y añadir: “Qué grande El Roto”.
•Unos verbos
El idioma no tiene culpa de nada, pero a veces se viste de Desigual. Verbos como “priorizar”, “monetizar”, “angular” o el adjetivo “experiencial” son caprichos de los departamentos de marketing. Modas pasajeras que como vienen se van, al igual que la cobertura 3G de Gowex, a diferencia de lo que queda escrito y regulado. Estamos anticipando el siguiente epígrafe que ha de escribirse con lágrimas en los ojos y pulso antisísmico.
•Limpia, cuñadiza y da esplendor
Sí, amigos redactores, ahora vamos a hablar de La Academia. La vigésima tercera edición del diccionario que se estrena hoy incluye alguna locura simpática como “amigovio” (el término de ultramar para decir “follamigo”), “papichulo” o “ciclogénesis”. Cositas finas, exóticas y delicadas y que no hacen daño a nadie.
Al contrario, hay otros vocablos que parecen entrar en el diccionario por el ansia presentista y la rabiosa actualidad. Aquí va: la audiencia de la RAE ha decidido que debe entrar en la casa normativa del español… ¡Coach! Esta amada, odiada y cuñada palabra se desprende de la cursiva propia de los extranjerismos para ser una más de la familia y vestir con chándal los domingos. Pero, ¿era necesario? ¿Habéis preguntado a don Luis María Ansón, ocupante del sillón ñ? ¿A qué se deben estas amnistías lingüísticas?
Espero que no os haya partido la tarde. Nos vemos en la próxima entrega, proactiva y excitante, de Guía para evitar ser un CopyCuñao.