Hoy en día es frecuente encontrarse con diapositivas en las que la web se posiciona en el centro de la estrategia de los Ecosistemas Digitales, donde el objetivo primordial es reconducir allí a nuestros usuarios. Durante mucho tiempo hemos dormido tranquilos porque la web era responsive (si nos tomáramos un chupito por cada web responsive terminaríamos todos etílicos), como si con ello estuviera todo hecho.
Con todo esto, lo único que conseguimos es aburrir al usuario, quien, por cierto, entra por donde quiere, cuando quiere y “cambia de ropa” en cada ocasión. Una estrategia implantada “con calzador” es imposible que funcione, y ¡tampoco es necesaria!. Actualmente la tecnología nos permite hablar con nuestra comunidad desde donde ellos quieran.
Lo primero es conocer desde dónde y de qué manera vienen los usuarios empezando por los canales propios. En general las analíticas son buenas y permiten analizarlo aunque, amigos de Linkedin, a vosotros os queda aún margen de mejora.
Llegados a este punto, es necesario hacer un mapa de situación (que no cuesta tanto), para tener una visión de cómo y dónde estamos. De esta manera evitaremos sorpresas innecesarias, como el caso de una empresa que llegó a tener en Facebook más de 4.000 páginas. ¡Pa’ habernos matao!
Por otro lado, es fundamental escuchar y observar mediante herramientas de búsqueda semántica, de reconocimiento y de geolocalización. No siempre tiene sentido usar los tres modelos, pero sí combinar varios si queremos obtener un buen resultado.
Cuando tenemos tenemos la “foto” de nuestra situación y conocemos el origen de nuestros usuarios, toca crear o modificar nuestro ecosistema digital. En este proceso debemos tener claro que nos equivocaremos (y mucho), pero no hay que tener miedo a nuestro público, generalmente responden de manera positiva a nuestros canales, más de lo que pensamos.
- Antes de hacer nada, hay que analizar si nuestra comunicación es descentralizada o no. ¿Tenemos múltiples canales locales que conviven con los centrales? (un claro ejemplo sería las marcas de coches con sus concesionarios). En caso afirmativo debemos plantearnos cómo aprovechar esta situación para llegar mejor a nuestro público final sin generar un sistema muy burocrático.
- Dependiendo de nuestro tamaño, deberíamos plantear un modelo de gobierno de redes basado en niveles de gestión y un sistema que valide los contenidos mediante procesos automatizados.
- Hay que pensar qué herramientas tecnológicas de gestión son necesarias (las propias de las redes y las específicas de terceros). Existen muchas y muy buenas, pero muchas veces la clave está en combinar algunas de ellas.
- En este ámbito, no podemos perder de vista a los bots, ya que nos pueden servir de ayuda en la primera conversación con nuestro público, sobre todo si tenemos un buen set-up.
Llevándonos a nuestro terreno la conocida frase del gran Groucho Marx, “estos son mis canales, si no te gustan, tengo otros”.