Tomás Antón Escobar, responsable de Experiencia de Usuario en Neolabels, nos descubre los secretos del término de moda.
¿Qué entendemos por usabilidad y qué valor aporta a una aplicación?
Usabilidad significa crear sistemas y productos a medida de las necesidades de los usuarios. Los sistemas o productos que cumplen esta meta son eficientes, eficaces y producen satisfacción al usuario.
La usabilidad estudia a los usuarios, sus metas y necesidades. Se ocupa de experimentar el contexto en el que va a utilizar un sistema, de definir el acceso a la información y de especificar la forma en que los usuarios van a interactuar con nuestro producto. En definitiva, sitúa al usuario en el eje de todas las decisiones que se tomen en el proceso de diseño e implementación.
En el caso concreto de las apps, la movilidad y la forma en la que los usuarios interaccionan con este tipo de dispositivos es clave, principalmente para definir las tareas que el usuario va a poder llevar a cabo con la aplicación.
Por ejemplo, a la hora de crear aplicaciones para smartphones debemos tener en cuenta muchos factores más allá de las funcionalidades: aspectos relacionados con la ergonomía (interactuar con el pulgar), navegar usando comandos de voz, etc.
En cuanto a las tablets, el contexto de uso es diferente. Un smartphone es personal y diría que casi intransferible, sin embargo, el tablet es más dado a ser compartido y no lo llevas siempre contigo. Y un análisis en este sentido es clave para crear aplicaciones de éxito.
A la hora de pensar en una app, ¿cuándo entra en juego la usabilidad?
Tradicionalmente se ha ligado a la etapa de diseño de la interfaz de usuario, pero esto es un grave error. La usabilidad debe estar presente desde el instante en el que se detecta la necesidad de crear un sistema o aplicación. Debe contemplarse en todas las etapas del proyecto porque, en cada una, “debemos situar al usuario como centro de toda la toma de decisiones” (ISO 9241-210:2010).
¿Cómo se relaciona la usabilidad con el contenido, la programación y la creatividad?
Es una disciplina trasversal: se ocupa de que los contenidos sean fáciles de entender por los usuarios, que hablen su mismo lenguaje, estén bien estructurados y sean accesibles.
A nivel de programación, vela porque se desarrolle el sistema tal como se ha concebido.
Mientras que, a nivel de creatividad, vigila que el diseño contribuya a ofrecer la experiencia de usuario que se concibió.
En el caso concreto de ‘La comida de la familia’, ¿qué papel ha jugado la usabilidad?
Ha sido clave, desde el primer momento, para trasladar la experiencia que un usuario tiene cocinando con un libro de Ferran Adrià en la mano a la que puede tener con una aplicación.
Tuvimos que estudiar muy a fondo a los usuarios a los que nos dirigimos, evaluar sus necesidades, reflexionar sobre el cambio de soporte (del libro al tablet) y definir una aplicación que resultase más sencilla que leer un libro. Ése era nuestro reto.
Fue un trabajo laborioso del que el equipo de Usabilidad estamos muy satisfechos. Empleamos técnicas para garantizar la usabilidad, como focus group, estudios etnográficos o card sorting, realizamos 54 wireframes con sus correspondientes evaluaciones y test de usuario.
Incluso nos pusimos en la piel del usuario y comenzamos a cocinar con el libro. Y a pedir a algunos familiares que lo hicieran también.
¿Por qué la usabilidad debe estar siempre en el proceso de creación de una app?
Es la garantía para crear aplicaciones de éxito. Quizá en España aún se está descubriendo, pero las empresas que apuestan por ella, como Neolabels, están posicionándose por encima del resto y están destacando por los beneficios que les aporta sus clientes.
