El decálogo de la transformación digital

Creo que desde que vimos a Charlton Heston liderando a un pueblo y abriendo las aguas del Mar Rojo en la película de Cecil B DeMille de los años 50, pocos nos resistimos ahora a no poner un decálogo, unos mandamientos finales en cualquier texto que escribamos. Eso de resumir en 10 frases o en 10 ideas la complejidad de toda una realidad es tentador. Y en eso hemos caído también Mosiri Cabezas y yo en el epílogo de nuestro libro La gran oportunidad. Las claves para liderar la transformación digital en las empresas y la economía que se acaba de publicar estos días en Gestion 2000 (Planeta).

Pero, ya que está hecho, aprovechémoslo. Este post va a dar un repaso a este decálogo que es un modo de revisar de un vistazo la esencia de todo un libro.

Eficientes, competitivos y rentables

El primero es algo muy repetido por referentes como Genis Roca (RocaSalvatella) que ya nos lo comentó cuando nos dio una charla aquí en Neolabels y viene a decir que la transformación digital no es algo que debemos hacer porque toca o por ser modernos y estar “a la última tecnología”. Es algo que hay que hacer con el mismo objetivo que se hace todo en una empresa, para ser más eficientes, competitivos y finalmente más rentables. Este primer “mandamiento” te evita las modas y sentirte abrumado por la novedad constante. Si no te sirve para esos objetivos es que esa tecnología o esa innovación no es valiosa para ti, así de simple. A esto se le denomina “apropiación de la tecnología” que es cuando haces con ella lo que quieres y no a la inversa.

Humildad

El segundo es “seamos humildes”. No creamos que lo sabemos todo. El mundo cambia muy rápido y nuestras convicciones sobre cómo hacer negocios pueden estar equivocadas hoy, aunque valieran y fuesen útiles hace años. Como dijo Mark Twain “lo que causa problemas no es tanto lo que la gente ignora, como lo que sabe y no es verdad”. Cuestionémonos lo que hacemos y si hay que cambiar hagámoslo rápido y con convicción. Esta etapa no permite muchos titubeos, sectores enteros entran en crisis y se tienen que reinventar en menos de una década

Adaptación constante

El tercero es sobre el entorno. No podemos cambiarlo y nuestro mundo digital es más incierto, más volátil, más ambiguo y mas complejo que antes. Es más difícil predecir el futuro en un mundo no lineal, con fuerzas exponenciales como la ley de Moore actuando en el interior. Solo podemos desarrollar más nuestra capacidad de adaptación a los cambios, nuestra capacidad de actuar sobre ellos y si estamos al día tal vez podamos anticiparnos, no a los cambios pero si a la adopción del cambio por nuestros competidores. No hay que olvidar que como en el chiste de los excursionistas uno no puede ser más rápido que el oso, pero si más rápido que el otro excursionista.

Poder, autenticidad y transparencia

El cuarto es sobre el poder. Las empresas ya no tienen el poder absoluto de antaño en el mercado y deben comportarse a partir de esta convicción. El consumidor, el usuario es hoy poderoso porque es social y dispone de herramientas y de voz propia. Esto obliga a ser más honestos, más transparentes, más auténticos, más como decimos ser al dotar de atributos a nuestra marca. Si no lo somos, si simulamos nos descubrirán y nos lo harán saber.

Con ojos de cliente

El quinto es que pensemos como clientes, veamos el mundo como ellos. Esto nos hará crear soluciones más simples. Las “soluciones de ingeniero” ya no triunfan, las que ganan son las que tienen el diseño integrado con la tecnología. Apple nos da la pauta, su éxito no es solo tecnológico, es de pensar como el cliente. Cuando haces esto los clientes se sienten bien con tus productos y a ti te va bien. El diseño ha de hacerse desde los ojos del cliente, desde su experiencia de uso, desde sus necesidades.

Las tres “C”

El sexto es sobre abrirse. Los dos anteriores ya nos han dado la pista. Aquí te damos una fórmula. Usa “las tres C”. Conversa, Comparte y Colabora. Conversar significa escuchar, no solo hablar. El mundo es social, los clientes son sociales, hablan de ti, te hablan a ti y también quieren ser parte del diseño de tus soluciones. No te sientas amenazado, al contrario es un valor que puedes aprovechar. La escucha social es fuente de información y antídoto contra las crisis larvadas e invisibles. Muchas empresas lo están haciendo, Lego lo hace de maravilla y consigue fans más que clientes.

El mundo es Blended

El séptimo es sobre la mezcla, sobre ser “blended”. Los mejores whiskies son blended, mezclan de diversas fuentes hasta conseguir su sabor característico, por el que son apreciados. Aprovecha la diversidad. Tanto de género, como de edad como de formación. De la mezcla surge la creatividad, de la uniformidad no puede surgir, podrás tener eficiencia, pero nunca innovación. El mundo no es digital, el mundo es una mezcla de digital y físico y las empresas que hagan mejor esa combinación serán los líderes en esta nueva etapa económica. No existe el ciberespacio, esa visión es antigua, existe el mundo y es una mezcla en la que vivimos sin darnos cuenta muchas veces de si algo lo hicimos digitalmente o físicamente.

La tecnología como puente

El octavo pone el foco en la tecnología. Todo ha empezado por la tecnología. Toda nueva tecnología es una puerta, una ventana a unas nuevas oportunidades. Pero la tecnología, como dijimos en el punto 1 no es un fin en si mismo. La tecnología tiene sentido solo si te ayuda en tres cosas que ya hemos enumerado:

• Ser más eficientes
• Conocer mejor al cliente
• Crear nuevas experiencias relevantes para los clientes

Un cambio liderado por personas

El noveno es sobre las personas. La transformación digital es un cambio y los cambios los hacen las personas. Si se olvida esto y se le atribuyen cualidades “mágicas” a la tecnología por sí sola para cambiar el mundo, se fracasa, y estamos hartos de ver fracasos llenos de costosa tecnología inútil porque nadie la usa, porque nadie la quiso o a nadie se le consultó, se le formó ,se le motivó o se le dio una visión de futuro. Si en el cambio no se cuida la comunicación, el liderazgo y los ritmos y obstáculos del cambio, da igual lo que gastemos en tecnología, eso no funcionará.

La comunicación es la clave

El último, el décimo, es sobre la comunicación. Cuando alguien cambia debe contarlo. Cuando una empresa se transforma debe contarlo a todos sus interlocutores, pero tanto internos como externos. La comunicación es el ingrediente secreto de este cambio que es la transformación digital. Hay que hacer una comunicación relevante a los clientes, pero también a los empleados, y a los accionistas. No hay transformación digital sin comunicación con nuevos códigos. La comunicación aporta coherencia y sincroniza todo el proceso.

Y, como todo decálogo, se puede sintetizar en una piedra de toque, una prueba definitiva de que lo estamos haciendo bien. Esta clave nos la dio Carina Szpilka que hizo el prólogo del libro y que dice simplemente que“lo digital es más humano”. Si cuando revisas tus planes no estás pensando en tus clientes, en tus empleados, en la comunicación y solo tienes planes de tecnología, no estás planificando una verdadera transformación digital, tu cambio no es lo bastante humano, no es lo bastante digital, no tendrá éxito. Así de fácil y así de directo.

De hecho, como decía Johny Ive responsable de diseño de Apple “la tecnología está en su punto álgido cuando simplemente desaparece”.

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