Cada vez que Kate Moss anuncia una marca me la encuentro en todas las marquesinas de la ciudad. Y cada vez que eso ocurre (y sucede con bastante frecuencia) me hago la misma pregunta: ¿por qué hay marcas (y sí, hablo de Kate como marca) que salen impunes de los desaguisados y otras son condenadas para siempre?
Me explico. Kate ha sido pillada en más de una situación digamos… embarazosa . Y sí, las firmas a las que representaba le hicieron pagar su “error”. Pero… ¿Y nosotros, los consumidores? ¿Acaso hemos dejado de considerar a la modelo como un referente de estilo? ¿La hemos tachado por cometer actos controvertidos? ¿Hemos dejado de comprar alguno de los productos que publicita?
La respuesta es NO. Algunas marcas tienen un nosequé que nos cautiva de tal manera que somos capaces de perdonar todos sus errores.
Otro caso: Mercadona. El verano pasado, Sanidad retiró 11 productos Deliplus por contener elementos que al combinarse en grandes cantidades podrían generar nitrosaminasas, compuestos inductores de tumores cancerígenos. Así sin pensarlo mucho, el sumatorio de Mercadona + nitrosaminasas + tumores cancerígenos me debería llevar directamente a tirar los productos de esta compañía y olvidarme de ella para siempre.
Pero otra vez la respuesta es NO. Me encargué de leer bien la noticia hasta entender que mi Mercadona no había hecho nada malo (o tan imperdonable) como para tener que dejar de consumir sus productos, cosa que sigo haciendo felizmente.
Y digo yo: ¿y si en vez de ser Mercadona hubiese sido cualquier otra marca no-tan-favorita? Pues os lo digo rápido: la hubiese borrado de mi lista ipso facto y me hubiese encargado de que todos mis amigos hiciesen lo mismo.
Donde quiero llegar es a lo importante que es trabajar bien una marca, su posicionamiento, sus valores y su comunicación. Porque solo así podrá convertirse en una marca amiga y, como tal, podremos perdonarle casi todo.
¿Qué marcas consideráis que han trabajado bien su identidad y comunicación como para que les perdonemos todo?
