Una panorámica de la sociedad civil organizada en España y de cómo las nuevas tecnologías pueden potenciar la participación, nos ha ofrecido Javier Nadal, presidente de la Asociación Española de Fundaciones y exvicepresidente de Fundación Telefónica, en una nueva charla de nuestros Viernes Inspiradores.
Con una larga trayectoria en el sector de telecomunicaciones, Nadal lidera hoy esta asociación que agrupa a más de 1.000 fundaciones españolas de diferentes ámbitos. Convencido de que la participación ciudadana organizada es la que puede llevar adelante a España, nos ofreció la charla La Sociedad Civil, esa gran desconocida.
Nos comentas que la crisis nos ha reactivado después de años de comodidad. ¿Qué hemos aprendido con la crisis en España?
La crisis nos ha devuelto a la realidad. Vivíamos en un mundo imaginario en cuanto a expectativas, no teníamos los parámetros de referencia adecuados y la crisis ha sido tan drástica que nos ha mostrado claramente dónde estamos y que tenemos que participar para alcanzar lo que queremos como sociedad.
Estudios sobre participación en España, nos indican que actualmente solo el 50% de la sociedad es movilizable, pero eso solo significa que todavía hay otro 50% susceptible a ser movilizable. En eso hay que trabajar.
En Internet se ven numerosas iniciativas de colaboración y ayuda social, pero poca presencia de las organizaciones que tradicionalmente conducían la participación ciudadana. ¿Qué se puede hacer para casar esa efervescencia de las comunidades virtuales, con las asociaciones y fundaciones?
Las asociaciones y la sociedad civil organizada deben ir a Internet porque si no espabilan se van a quedar solas en un mundo que está cerrando. Afortunadamente los líderes de esas organizaciones son activos, comprometidos y con tendencia a la innovación. Pero les resulta bastante complicado adaptarse, como pasa en todos los sectores económicos. Es en ese paso donde organizaciones como Neolabels pueden colaborar.
¿No basta con darle like para participar?
No, no basta, aunque es una cuota mínima de movilización. Pero si quieres lograr algo concreto, te tendrás que organizar, crear una organización registrada públicamente que pueda rendir cuentas. Hay un nivel de institucionalización y rigurosidad que Internet no lo anula, son requisitos de la sociedad por encima de la tecnología, aunque a medida que avance el gobierno electrónico se podrán hacer cada vez más cosas.
¿La sociedad civil organizada está aprovechando herramientas como elcrowdfunding?
Ahora muchos son conscientes de estas nuevas herramientas pero todavía no han aprendido a usarlas ni las han incorporado en su funcionamiento. Actualmente, solo el 20% de la sociedad española está dispuesta a dar dinero a iniciativas y organizaciones sociales, y quizá con estas nuevas herramientas podría aumentarse la base.
¿Qué puede aprender el mundo corporativo de las asociaciones civiles y viceversa?
El rigor en la planificación y en el planteamiento de objetivos del mundo empresarial le vendrían muy bien al mundo social. Parece que la voluntad todo lo arregla, porque es un servicio útil, pero para lograr cambios es necesario tener rigurosidad.
El mundo empresarial podría aprender del social lo que tiene que ver con la implicación y el compromiso con una idea; también hay más transparencia interna, mayor colaboración y horizontalidad. Ambos tienen muchos puntos de mejora en cuanto a transparencia.
¿Internet puede jugar un papel especial en esa transparencia?
Totalmente. Las organizaciones sociales tienen como punto positivo la voluntad de transparencia pero no siempre tienen los instrumentos y las herramientas para lograrlo. El avance más grande podría ser a través de Internet, no solo para darse a conocer sino para publicar los debates, las cuentas… Para las organizaciones las posibilidades son infinitas.